Calaverita "inspiración que mata"

Cuando transcurrían los últimos días de Octubre,

y Cristof, inspiración buscaba,

la gentil musa solo le miraba,

pues era la muerte, a él

a quien buscaba.

***

Por la mañana una novela preparaba,

y mientras chateaba con Alma,

la huesuda se la llevaba

por andar resfriada.

A esta chica me la llevo

para que me escriba, obituarios

en lugar de sus suplementos.

***

Alarmado apago la laptop y

se dirigió apresurado al trabajo,

cuando llego a la constructora

2 decesos ocurrían, a Milton y a Cesar

unos andamios les caerían,

pero muertos, chamba no les faltaría

pues de mausoleos y criptas,

los panteones pronto se llenarían.

***

Asustado salió del trabajo, así

corría y corría y al All Day llegaría,

ahí a Helena la muerte pronto encontraría.

Dos cervezas a ella le pedían

sin darse cuenta que

era a la tilica a la que atendía.

y cuando la cuenta a ella le pidió,

esta muy sarcástica agregó:

—Si a tu Cuyo Peruano me he llevado yo

porque a ti a la tumba no he de llevarte yo,

y mientras sombría la muerte se reía

las cervezas junto con Helena y la cuenta rodarían.

***

Que podía hacer Cristof,

si a cada lado que iba

la muerte lo seguía;

Más tarde esta hipótesis él confirmaría

cuando a @rodfraga

navegando en twitter un follow recibiría

@catrina y con un click su muerte pactaría.

***

Lo más seguro es que con tanto deceso,

unas encuestas en el más allá necesitarían,

por lo que a Carmen y Mariana

también se llevarían.

***

Esto, ya se salía de control

y a Juan Carlos, le marcó,

a quien, dormido en un

sillón la muerte lo agarro.

***

Llegada la noche

Cristof pasó a ver a Monse, que

junto a su perro agonizante

yacía y tristemente

solo un adiós pronunciaría.

***

Ya sacado de onda, Cristof a su casa volvía,

pero solo la muerte era a él a quien quería.

***

Esperando lo peor Cristof,

llamaba a una gran amiga,

que rockeando y carreteando

de seguro se encontraría,

por eso, el teléfono ella no contestaría.

Cuando la muerte vio a Cecilia,

su look le causo envidia,

y ya molesta le susurro:

en un mundo de verdades muertas,

son buenos tiempos para los difuntos.

Y dichas estas palabras

su vida se llevo.

***

Temeroso, en su habitación,

a Cristof la muerte se le presento.

Con la guadaña en alto dijo, hasta aquí

llego tu inspiración y si una

última foto has de tomar

que sea ahora pues la muerte

te ha llegado ya.

EL MANIQUI DE LA JUAREZ

En estos momentos Carolina camina sin rumbo, por la avenida Juárez ha bebido mucho, y ha comenzado tropezar.

En la humedad de sus ojos, halos de luces se reflejan; semáforos, espectaculares, y unos delgados hilos rojos que dejan los autos al pasar. Las imágenes se vuelven intermitentes en cada parpadeo.

Ella avanza sin glamur, aun así un taxista estacionado la observa con morbo, pero al ver su rostro, este desvía la mirada súbitamente, fue muy incomodo mirarle. La lujuria y la angustia son 2 tragos que se sirven por separado.

Marcos, su adorado Marcos destapaba la última cerveza de la cubeta, la bebía con rabia e inconformidad, debía ir tras ella, debía tener esa responsabilidad, aun cuando acababan de romper. Ahogado en su dilema, observa el humo del cigarro disiparse en el antro.

Carolina ha cambiado su rutina matutina de spinning, por una caminata nocturna, su corazón sentía una profunda traición, mermada de recuerdos, pasiones, discusiones y acuerdos, que vagaban con ella. Así llega a una rotonda, la danza del agua, los colores la atraen, cuatro pseudo frailes la observan.

¿Cómo le llamarías a la combinación de bebidas que te hace saltar a una fuente, jugar con sus luces, maldecir al amor, sentirse miserable y a la vez liberada?...

Un amigo de Marcos regresa de bailar, y este le pregunta por Carolina, al verle supo que por fin había terminado con ella. El repone que era lo mejor y que a esta edad, no se valía seguir engañándose.

Al fin reacciono Marcos dejo uno de 500 en la mesa y dijo regresar, salió apresurado ya en el lobby oprimía repetidamente la tecla de marcado en su celular, en ese momento una chica muy atractiva le mira, el devuelve una sonrisa cargada de ideas y toxinas que ella no logra descifrar. Al salir del lugar, le pregunta al valet parking por Carolina, sin poder describirla. Su memoria ahora es lenta y las imágenes borrosas dan por terminada su efímera búsqueda, asume su ida.

Carolina interrumpe su danza al vibrar de su celular, aparece una foto de Marcos en la pantalla y lo lanza fuera de la fuente. Pero en un rápido acto de auto represión va a recogerlo, toma asiento en una banca, donde contempla unos ángeles metálicos que flanquean el boulevard.

Marcos regresa al antro, se dirige a la barra, y se encuentra a la atractiva chica del lobby; toda la noche charlan y beben, sin embargo solo ve en ella un maniquí de Carolina.